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Prueba ácida (acid test) o ratio de liquidez de tercer grado

De forma habitual, cualquier profesional vinculado al mundo empresarial necesita analizar los estados financieros de una empresa.

¿Prueba ácida (acid test)? Pero ¿de qué va todo esto?

Por lo general, para realizar este análisis, se recurre al uso de métricas. El objetivo es poder medir la evolución de una compañía a través de los estados financieros.

Entre estas métricas encontramos los denominados ratios financieros. Los ratios son relaciones cuantificadas de dos o más magnitudes. Magnitudes que por lo general se extraen tanto del balance como de la cuenta de pérdidas y ganancias.

Los ratios a los que nos referimos suelen estar divididos en las siguientes categorías: liquidez, gestión, solvencia y rentabilidad. En esta colaboración nos vamos a centrar en los denominados ratios de liquidez.

Ratios de liquidez

El termino liquidez alude a la capacidad que tiene una empresa para hacer frente a sus obligaciones financieras. Es decir, la capacidad de obtener dinero en efectivo para pagar sus compromisos a corto plazo.

Los ratios de liquidez, son un conjunto de indicadores que muestran si una empresa es capaz de generar tesorería. Esto es, si es capaz de convertir sus activos en liquidez.

Estos indicadores utilizan, para su cálculo, magnitudes extraídas del balance de situación. Concretamente del denominado activo corriente y pasivo corriente.

El activo corriente contiene los activos de la empresa que son líquidos (tesorería) o que se pueden realizar en un corto periodo de tiempo (clientes, existencias, etc).

Por su lado, el pasivo corriente lo conforman todas aquellas partidas que recogen deudas con vencimiento inferior al año.

Dentro de esta categoría de ratios podemos encontrar diferentes indicadores. Por ejemplo, el ratio de liquidez general. Este ratio mide la proporción de deudas a corto plazo cubiertas por el activo corriente.

Su cálculo se obtiene de la división del activo corriente entre el pasivo corriente.

Este ratio indica cuantos euros tiene la empresa, como activo corriente, sobre cada euro que tiene de deuda a corto plazo. Por ello si el indicador refleja un número inferior a la unidad será necesario analizar que está ocurriendo. Pues a priori habrá mayor deuda que activos para pagarla.

Por otro lado, están los denominados ratios de las cuentas por cobrar, es decir de los derechos de crédito.

Su cálculo se obtiene de la división de las cuentas por cobrar entre las ventas anuales, multiplicado por el número de días del año.

Este índice refleja el periodo medio en el que dichas cuentas se convertirán en efectivo.

Test ácido

El test acido (quick ratio) está vinculado a la capacidad de la empresa para cumplir sus obligaciones de pago. En este caso, este ratio es mucho más exigente que el denominado ratio de liquidez general.

Su cálculo se obtiene de la división del activo corriente entre pasivo corriente. Si bien del activo corriente se eliminan las existencias.

Es decir, el denominador de este ratio está compuesto por las partidas de clientes, inversiones financieras temporales y tesorería. Queda al margen todo el inventario de la empresa. De ahí que sea más riguroso, pues computa únicamente los activos más fácilmente realizables por una compañía.

Al igual que ocurría con el ratio de liquidez general, la interpretación que se le da a este indicador es positiva, siempre que esté por encima de la unidad.

Liquidez y solvencia

La liquidez y solvencia de una compañía son dos indicadores muy relacionados.

La liquidez, conforme hemos indicado, es la capacidad de los activos empresariales para convertirse en dinero. Capacidad de pago de obligaciones inmediatas.

Por su lado, la solvencia es la capacidad que tiene la empresa para cumplir con sus pagos. Tanto a corto como a largo plazo. La solvencia relaciona la totalidad de activos y pasivos de la compañía. Indica cuántos recursos tiene el activo de una compañía en comparación con el pasivo.

Toda compañía debe buscar el equilibrio entre ambas ratios. Es decir, tener capacidad para hacer efectivo, y poder cumplir obligaciones de pago a corto plazo. No obstante, hemos de tener en cuenta que la falta de liquidez no necesariamente conlleva la falta de solvencia.

Conclusiones

El estudio de compañías a través de ratios es una técnica muy habitual para los analistas. Permite conocer de forma inmediata la situación económica de una compañía.

Los ratios de liquidez analizados, permiten a los gestores y analistas, comprobar la capacidad de generación de tesorería. Con el fin de controlar sus compromisos de pagos inmediatos.

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