17.01.2017
5 Restaurantes londinenses
Fin de semana en Londres a visitar un hijo que trabaja allí. No nos ha llovido, pero dado que hacia un frio de carajo, los ratos más agradables han sido los gastronómicos. No viajamos a Londres con la suficiente asiduidad para conocer su pulso gastronómico, pero pensamos que una breve reseña de cuatro restaurantes puede servir a alguien que tampoco lo frecuente, sobre todo porque, en general, creo que acertamos.
Le pedimos a nuestro hijo que reservara el preguntando a amigos. El resultado, en mi parecer, fue más que satisfactorio.
Cena del viernes
Osteria Basilico
Preciosa trattoria italiana en una esquina de la calle Kensington Park Road, paralela al famoso mercado de Portobello, en el pintoresco barrio de Nothing Hill.
Sala pequeña con techos altos, grandes cristaleras y suelo de madera. Atestada de mesas sin mantel y comensales de forma que, difícilmente pueden pasar los camareros a servir. Aun así, el servicio resulta atento y esmerado y el ritmo muy adecuado. La carta es sugerente y amplia tocando todos los palos (aperitivos, pizas, pastas, carnes, pescados, etc.).
Compartimos primeros. Una “scamorza affumicata con funghi misti e prosciutto di Parma” (Mozzarella ahumada hecha a la brasa con jamon y champiñones) deliciosa, nos quedamos con ganas de repetir. También tomamos una “parmigiana de berenjena” magnifica.
De segundo dos optamos por unos fettuccini con salsa de queso y trufa negra ¡¡ESPECTACULARES!!, el tercero unos tagliolini con gambas y tomate fresco que resultaron algo insípidos.
Incomodo, ruidoso, nos helamos de frio cada vez que alguien salía a fumar, pero buena comida y ambiente agradable. Pasamos una velada estupenda. No es barato, pero tampoco prohibitivo (lo que en Londres no es habitual). Cena para tres (sin bebida) cerca de 100 libras, a lo que hay que añadir el 12,5% de “propina opcional”.
Dirección: 29 Kensington Park Rd, London W11 2EU
Teléfono: +44 20 7727 9957
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Comida del sábado
34 Mayfair
En el barrio de los “Hedge Funds”, en Grosvenor Square. Local elegante pero no decadente. No lo conocía y pensaba que iba a degustar roast beef en un carvery. Ni por asomo.
Me pareció un local muy sobrio, renovado para parecer clásico, a medias entre Londres y Nueva York. Amplio, luminoso y cómodo. Servicio esmerado. La carta se mueve entre clásicos británicos, favoritos yankees (sobre todo estos) y alguna concesión a la comida asiática.
Como no estábamos hambrientos, pedimos solo un plato cada uno, con la firme decisión de ir girando platos y compartir. Dado que era sábado una opción salió de la carta del brunch, unos perfectos y sabrosos huevos benedictine con Salmon. También pedimos un steak, la prueba del nueve en todo buen restaurante en Nueva York. Impecable con el toque justo de pimienta y bien la salsa bearnesa. El tercero fue la elección sobresaliente, unos macaroni con langosta y trufa negra. Sorprendentes. Una innovación sobre el clásico “macaroni and cheese” infantil ingles con una suave crema de queso y una generosa ración de trufa por encima. Los trozos de langosta, si bien estaban muy ricos, no añadían gran cosa al plato. Delicioso.
Comimos muy bien tres personas (excluyendo bebidas) por algo menos de 80 libras a lo que hay que añadir el 12,5% de “propina opcional”. Recomendable.
Dirección: 34 Grosvenor Square Mayfair, London, Greater, Mayfair, London W1K 2HD
Teléfono: +44 20 3350 3434
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Cena del sábado
Amaya
No me gusta demasiado la comida hindú por excesivamente especiada y picante. Cuando mi hijo me comentó que había reservado en un restaurante de comida hindú con una estrella Michelin pensé “¡¡vaya desperdicio!!”. Me volví a equivocar.
Se trata de una sala amplia y moderna, aunque un poco oscura a pesar de estar acristalada la pared exterior. Aunque la dirección es de Motcomb Street, se encuentra en el interior de un patio de edificios modernos. En la trasera del hotel Jumeirah Londres a escasos metros de las tiendas de lujo de Sloane Street. Estética muy cuidada. Servicio muy atento y amable.
La carta es toda ella para compartir y la mayoría de los platos vienen en dos formatos (para dos y para cuatro). Están ordenados por el tiempo que tardan en salir, de forma que si se piden platos de los tres periodos de tiempo el ritmo es bueno. La mayoría se cocinan en tres grandes “tandoor” que hay a la vista. Deben tener gran fama los cocteles, si bien no los probamos.
A pesar de ser tres nos fuimos a raciones de cuatro. Como he dicho no soy un gran fan de la comida hindú y no supe reconocer en toda su extensión la explosión de sabores que llegó con cada plato. Un pollo tikka marinado en estragón (muy suave), un kebab de cangrejo (quizás lo menos conseguido), Gambas tandoori (enormes y sabrosas) y para acabar, para mí el mejor plato, unas chuletas de cordero ahumadas y picantes, deliciosas. Todo ello bien acompañado de naam y arroz basmati. De postre compartimos un rasmalai de chocolate, imperdonable para los más golosos.
En resumen, experiencia gastronómica muy apreciable por 130 euros más bebidas (caras) y el 12,5% de “propina opcional”. Ni tan mal para un estrella Michelin (En Londres!!). Que quieren que les diga, yo creo que volveré.
Dirección: Halkin Arcade, 19 Motcomb St, Belgravia, London SW1X 8LB
Teléfono: +44 20 7823 1166.
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Comida del domingo
Flat Iron
Como estábamos sin reserva (mi hijo estaba en la oficina) y teníamos que salir rápido para el aeropuerto elegimos un sitio de la nueva moda “los fast casual restaurants”. Nos fuimos al Flat Iron Steak de Henrietta Street, al lado de Covent Garden. Dado que estaba lleno nos apuntamos a la lista de espera y fuimos a ver a los “human performers” de Covent Garden. A los 20 minutos nos enviaron un mensaje al móvil diciendo que nuestra mesa estaba preparada.
Local amplio y moderno con suelo y mesas de madera, pero sin grandes pretensiones y, por supuesto, sin mantel. Servicio amable y juvenil tipo “Fridays”. Gran rapidez.
El concepto de esta cadena es un tipo de corte de carne vacuna, el flat iron steak (un corte del hombro del animal), que da nombre al restaurante y es el único plato que hay en la carta. Además, en la pizarra hay otros cortes cada día. Siempre carne de vacuno. Como íbamos dos nos decidimos por compartir medio kilo de Sirloin (corte de la parte trasera de arriba). Bien servido y muy tierno, aunque algo insípido para mi gusto. Lo acompañamos de patatas y salsa bearnesa.
Comimos los dos por 40 libras (bebidas y 12,5% de “propina opcional” aparte). Ni postre ni café, aunque te puedes llevar puesto un cono de helado de chocolate, bastante malo, por cierto.
No me acabo de gustar el concepto. No creo que vuelva.