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¿Verdes o falsos? La sostenibilidad empresarial bajo la lupa: Desentrañando las nuevas normas y requisitos.

La sostenibilidad empresarial ha dejado de ser una opción para convertirse en una obligación. La reciente directiva europea CSRD y su transposición en España están revolucionando el panorama, imponiendo nuevos y más exigentes requisitos de información a las empresas.

¿Qué significa esto en la práctica?

En un comunicado conjunto, la CNMV y el ICAC han puesto sobre la mesa las primeras directrices para las entidades sujetas a esta nueva normativa. La principal novedad es la recomendación de utilizar los estándares europeos ESRS para la información no financiera a partir de 2025, siempre y cuando se cumpla con la Ley 11/2018.

¿Todo claro?

Pues no exactamente. La Ley 11/2018 y los ESRS presentan ciertas discrepancias, lo que genera incertidumbre entre las empresas. Además, surge la cuestión de cómo verificar la veracidad de la información de sostenibilidad. Aquí es donde entran en juego la ISSA 5000 y las directrices de COESA, que establecen los criterios para una verificación independiente de alta calidad.

¿Por qué es importante todo esto?

La armonización con la normativa europea y la garantía de la calidad de la información son fundamentales para fomentar la inversión sostenible y evitar el «greenwashing». Pero, ¿cómo navegar este complejo entramado normativo? ¿Cómo asegurar que tu empresa cumple con todos los requisitos y comunica de forma transparente su compromiso con la sostenibilidad?

En este post te explicaremos:

  • Qué son la ISSA 5000 y las directrices de COESA y por qué son relevantes.
  • Las principales diferencias entre la Ley 11/2018 y los ESRS.
  • Cómo preparar a tu empresa para la nueva normativa.
  • Los retos y oportunidades que plantea la sostenibilidad empresarial.

ISSA 5000 y las directrices de COESA:

La ISSA 5000 es una norma internacional que establece los criterios para la verificación independiente de la información de sostenibilidad. Esta norma, desarrollada por el IAASB (International Auditing and Assurance Standards Board), proporciona un marco de referencia para que los auditores puedan emitir una opinión sobre la fiabilidad de los informes de sostenibilidad de las empresas.

Por otro lado, las directrices de COESA (La Comisión de Organismos Europeos de Supervisión de Auditores) ofrecen orientaciones complementarias a la ISSA 5000, adaptadas al contexto español. Estas directrices profundizan en aspectos específicos de la verificación de la información de sostenibilidad en nuestro país, como la materialidad o la participación de los grupos de interés.

Las principales diferencias entre la Ley 11/2018 y los ESRS

La Ley 11/2018, si bien pionera en su momento, se ha quedado algo obsoleta ante la creciente exigencia de transparencia y detalle en materia de sostenibilidad. Los ESRS (European Sustainability Reporting Standards) suponen un salto cualitativo, introduciendo una serie de novedades significativas:

  1. Mayor especificidad: Los ESRS establecen indicadores y métricas mucho más detalladas y específicas para cada uno de los aspectos de la sostenibilidad, lo que permite una mayor comparabilidad entre empresas y sectores.
  2. Enfoque en materialidad doble: Los ESRS consideran tanto la materialidad financiera como la no financiera, lo que implica que las empresas deben identificar y reportar aquellos aspectos que tienen un impacto significativo en su negocio y en la sociedad.
  3. Mayor relevancia para los inversores: Los ESRS están diseñados para proporcionar a los inversores la información que necesitan para tomar decisiones de inversión más sostenibles.
  4. Alignabilidad con la taxonomía europea: Los ESRS están alineados con la taxonomía europea, lo que facilita la clasificación de las actividades económicas como sostenibles o no sostenibles.
  5. En resumen, los ESRS ofrecen un marco más completo y exigente para la información no financiera, superando las limitaciones de la Ley 11/2018.

Cómo preparar a tu empresa para la nueva normativa

La transición hacia la nueva normativa requiere una planificación cuidadosa y una adaptación de los procesos internos. Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones:

  1. Realizar una evaluación de materialidad: Identificar los aspectos de sostenibilidad más relevantes para tu empresa, tanto desde el punto de vista financiero como no financiero.
  2. Recolectar y analizar datos: Asegurarte de contar con los datos necesarios para elaborar los informes de sostenibilidad, incluyendo información sobre el desempeño ambiental, social y de gobernanza.
  3. Adaptar los sistemas de información: Implementar o actualizar los sistemas de información para recopilar, almacenar y analizar los datos de sostenibilidad de manera eficiente.
  4. Formar al personal: Capacitar a los empleados en los nuevos requisitos y en las herramientas necesarias para elaborar los informes de sostenibilidad.
  5. Colaborar con auditores y asesores: Contar con el apoyo de expertos para garantizar la calidad y la fiabilidad de la información.
  6. Comunicar la estrategia de sostenibilidad: Transmitir de manera clara y concisa la estrategia de sostenibilidad de la empresa a todos los grupos de interés.

Los retos y oportunidades que plantea la sostenibilidad empresarial

La transición hacia una economía más sostenible plantea tanto retos como oportunidades para las empresas:

  • Retos:

    • Costes de implementación: La adaptación a la nueva normativa puede generar costes significativos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
    • Complejidad: Los requisitos de información son cada vez más complejos y exigentes.
    • Escasez de talento: Puede ser difícil encontrar profesionales con las habilidades necesarias para gestionar la sostenibilidad.
  • Oportunidades:

    • Innovación: La sostenibilidad puede impulsar la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios.
    • Mejora de la reputación: Las empresas que demuestran un compromiso genuino con la sostenibilidad pueden mejorar su reputación y atraer a nuevos clientes e inversores.
    • Acceso a nuevos mercados: Los consumidores y los inversores cada vez demandan más productos y servicios sostenibles.
    • Reducción de costes: Las medidas de eficiencia energética y la gestión de residuos pueden generar ahorros significativos.

En conclusión, la sostenibilidad empresarial es un viaje que requiere un compromiso a largo plazo. Aunque los retos son importantes, las oportunidades son aún mayores. Las empresas que se adapten a la nueva normativa y adopten prácticas sostenibles estarán mejor posicionadas para el futuro.

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