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Restaurante Efímero

Efímero Madrid ¿Hará honor a su nombre?

Es la apuesta de alta cocina del grupo RanTanPlan.

Parece reunir todos los elementos para aspirar a una estrella. Salón amplio, cómodo, buena iluminación, buenas vistas a la plaza de Colon, mesas separadas, servicio cuidado y atento, carta sofisticada y atrevida, ambiente muy silencioso …. y sin embargo, no enamora.

La sala, si bien cuidada, tiene una extraña fisonomía en la que, además de las mesas en un formato standard, hay algunos puestos como de barra, sin barra, que la alejan de la fotografía que enmarca un comedor tradicional. El servicio es algo lento y la carta es difícil. Muy difícil diría yo.

El nombre “efímero” se debe a que pretende seguir a pies juntillas un camino de cocina de mercado. Por eso se presenta escrita a mano y, en teoría, cambia cada día. La realidad probablemente sea otra.

Cena para cuatro un viernes por la noche. Comenzamos con media ración para cada uno del plato estrella de la casa, la torrija salada con caldo ahumado de cebolla, una especie de sopa de cebolla muy lograda. De segundos unos insípidos guisantes lágrima con consomé de pichón y aire ibérico, unas sosas volandeiras a la plancha, unas verdinas solo correctas y el huevo a 64º con consomé de garbanzo y guiso de butifarra, algo por debajo de las expectativas. Finalizamos con una bastante lograda tarta de queso.

¿Comimos mal? No, no comimos mal. ¿Volveremos? Probablemente no.

Ese es precisamente el pecado (o el fallo) de Efímero. Que su recuerdo no se asienta.

La cena salió bastante asequible para el empaque del restaurante, 157 euros para cuatro (bebidas aparte).

Facilitamos algunas críticas alternativas de Efímero para contratar con la presente:

EL PAÍS

ESQUIRE

ALBERTO GRANADOS

CON EL MORRO FINO

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