El Sudoku de la Seguridad Social en España

Dentro de la imaginativa estrategia que el Presidente del Gobierno de España ha desarrollado para ofrecer varios ministerios a sus socios de coalición a la vez que les aparta del poder real, y ante la insistencia de Unidas Podemos de liderar el ministerio de trabajo, la responsabilidad de la Seguridad Social se ha segregado de dicho ministerio y se ha creado uno nuevo bajo la dirección de José Luis Escrivá.

Hace bien el Presidente. La Seguridad Social no es una competencia donde se pueda experimentar y es mejor que su futuro lo diseñe alguien con conocimientos técnicos contrastados. Y es que de lo que estamos hablando hoy en día es del futuro de la Seguridad Social, ni mas ni menos. El actual modelo no da más de sí. No es sostenible.

Empecemos por el principio. La seguridad Social lleva varios años siendo deficitaria. Es decir, se entrega a los pensionistas más de lo que se recauda de los activos. El año pasado el déficit fue cercano a los 20,000 millones de euros, casi un 1,65% del PIB.

Vean en el siguiente gráfico, extraído de un interesante estudio reciente de BBVA Research, cómo en los últimos años ha cambiado el signo del neto de la Seguridad Social, del superávit al déficit.

¿Y a qué se debe ese cambio de signo? ¿Será la mala gestión?

Sin entrar en si la gestión es adecuada o no, en este caso la respuesta es tanto del precio como de la cantidad.

Empecemos por la Q, el número de pensionistas y de trabajadores activos. Como ven en el gráfico, el cambio de signo sucede con el fuerte incremento del paro en la crisis reciente. Lógico, al incrementarse el paro y bajar el número de trabajadores activos, hay menor número de contribuyentes y se recauda menos.

Y es que el sistema español es un sistema de reparto y no de capitalización. Eso quiere decir que, el dinero que usted ha estado aportando durante años a la Seguridad Social, no se guarda en un fondo y se invierte para asegurar que usted lo tenga disponible a su jubilación. No, se usa para pagar las pensiones de los ya jubilados. A usted le pagarán con lo que aporten los trabajadores activos del futuro.

No suena mal, solidaridad intergeneracional. El problema es la evolución demográfica. La tasa de natalidad en España ha descendido de forma brusca en los últimos 60 años hasta situarse bastante por debajo del indice de reposición. Ello lleva a pirámides de población invertidas. Hoy en día, en nuestro caso, invertida a partir de los 40 años. En cualquier caso la inversión se impondrá de forma inexorable en todos los tramos de edad con el paso del tiempo.

Este hecho significa que cuando usted se jubile habrá muchos menos trabajadores activos por cada jubilado para pagar su pensión. A eso se le llama la tasa de dependencia. Vean las estimaciones.

Ya lo ven, su jubilación la tendrán que pagar entre un trabajador y medio.

Claramente hay un problema de Q, independientemente de la fuerte crisis que hemos vivido.

Dicho eso, también hay un importante problema de P, es decir, del monto de las pensiones medias. Desde antes de la crisis el número de pensionistas ha crecido en torno al 17% mientras el gasto total en pensiones ha crecido bastante por encima del 50%. Teniendo en cuenta que durante esos años la inflación acumulada esta en torno al 15%, la revalorización de las pensiones es bastante superior al 20% en este tiempo. Curiosa forma de asegurar el futuro de las pensiones.

Es evidente que, dado el alto número de votantes jubilados, se les ha tratado mucho mejor que al resto de la población en los últimos años. Ya se sabe de qué pie cojean los políticos.

¿Y usted y yo?, o mejor dicho, ¿Y nuestras futuras pensiones?. Pues habrá que confiar en que la vida media se reduzca a partir de ahora.

Parece que en la mayoría de países de nuestro entorno empieza a haber indicios de que puede pasar.

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