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Jacobo Cosmen: 100 años de ALSA

ALSA cumple 100 años. ¿Invitaréis a Uber, Car2Go, Blablacar a la fiesta de aniversario, en junio? ¿Cómo afronta el futuro una empresa centenaria, en un país en el que la esperanza de vida de una empresa es de 10,3 años?

Una de las diferencias entre un negocio y una empresa es que la segunda tiene vocación de permanencia, de trascender a sus fundadores. Así ha ocurrido en ALSA desde sus inicios hasta hoy, donde el trabajo y es- fuerzo de las cerca de 7.000 personas que la integran la han convertido en una compañía sólida y de largo plazo. En ALSA nos gusta pensar en personas, porque las personas siempre vamos a necesitar servicios que puedan satisfacer nuevas demandas cada vez más exigentes. Desde nuestra compañía colaboramos a vertebrar el territorio, a unir a las personas, conectarlas, acercarlas física y temporalmente al lugar en que viven, a los espacios en que perfeccionan su talento, allí donde se encuentran sus seres queridos es decir, atendemos necesidades reales de movilidad de las personas. Por ello creemos que el transporte público tiene un futuro muy prometedor, y afrontamos el futuro con optimismo para seguir siendo una empresa líder en materia de seguridad y atención al cliente, cuidando de nuestras personas y mejorando las condiciones económicas, sociales y ambientales de la comunidad en la que opera- mos.

Necesitamos conocer las nuevas pautas de movilidad de nuestros clientes y las nuevas tecnologías son una magnífica herramienta para conocer, afrontar y ofertar esas nuevas oportunidades de movilidad de personas.

¿Crees que en términos macroeconómicos el tamaño (medio de las empresas) si importa?

La mayoría de las empresas empiezan pequeñas -ese fue también nuestro caso- y van creciendo, según sus capacidades, necesidades y sectores de actividad. En el caso de ALSA, el tamaño de la compañía es, sin duda, relevante en un sector tan atomizado como el transporte de viajeros.

Nuestro tamaño nos permite tener capacidad y solvencia financiera para afrontar las inversiones necesarias. Por otra parte, por- que atraer talento exige contar con un proyecto de compañía que consiga contar con recursos humanos capaces de abordar su desarrollo profesional a medio y largo pla- zo. Y, por último, la gestión de costes se ve inevitablemente mejorada cuando aplicas matrices de economías de escala. Pero, a pesar de nuestro tamaño, queremos seguir manteniendo la flexibilidad y agilidad de los pequeños.

Más allá de rivalidades legales, ¿qué proceso de adaptación ha iniciado una empresa como ALSA para asimilar el nuevo contexto digital?

En ALSA somos una compañía innovadora en adaptar las nuevas tecnologías y en poner sus ventajas a disposición de los clientes. En estos últimos años, hemos realizado importantes inversiones por contar con las últimas tecnologías de atención al cliente. Hemos implantado un servicio de atención al cliente multicanal muy bien valorado y, más recientemente, a través de redes sociales; Twitter, especialmente, donde somos un referente en los SAC 2.0. Asimismo, contamos con app conectadas en tiempo real a la plataforma de compra de billetes y a la ubicación de los vehículos, con tecnología pilot beacons. Creemos que estamos haciendo un buen trabajo en el terreno digital, ahora centrado en la planificación y la tarificación flexible, y que el cliente lo percibe muy favorablemente. Pero obviamente tenemos mucho que avanzar en la estrategia de digitalización que tenemos definida para los próximos años.

Volvo, Mercedes, Daimler, Europcar, en definitiva, todos los grandes agentes del transporte, están explorando el futuro del transporte, adquiriendo pequeñas compañías que ya operan en alternativas al transporte tradicional. ¿Valoráis seguir – con vuestra legendaria prudencia- ese modelo? ¿Lo habéis iniciado ya de alguna forma?

Siempre desde la prudencia, ALSA es una compañía que nunca renuncia a explorar in- versiones en el campo del transporte de viajeros por carretera o a cualquier adaptación que suponga ir de acuerdo a nuevos modos de transporte. Recientemente, hemos tomado una participación en una compañía de este tipo y, en estos momentos, estudiamos otras posibilidades.

¿Creéis que tras 8 años de crisis, el mercado ofrece opciones para eventuales adquisiciones corporativas, en el sector transporte, ya para vosotros, ya para otros competidores?

Nuestro compromiso es atender las necesidades en cualquier momento de los ciclos económicos. En ALSA nos regimos por criterios prudentes, con una clara vocación de crecimiento. Por eso, siempre estamos dis- puestos a abordar operaciones que sean interesantes.

¿Crees que el mundo del transporte por carretera, tiende a ser actividad empresarial con una menor intervención de la Administración?

En España nuestra actividad es, en un grandísimo porcentaje, una actividad regulada por las Administraciones estatal, autonómica o local.

Por ello, su papel es fundamental para los operadores y para los clientes. Creemos que el transporte es un servicio público como lo es la Sanidad o la Educación y, por eso, el papel que deben jugar las Administraciones es muy importante en su regulación y desarrollo.

¿Como afrontáis el desarrollo de ALSA en un nuevo país? ¿Solos? ¿O con un socio local?

ALSA analiza las nuevas inversiones en un determinado país cuando su actividad local tiene una situación buena y el horizonte ofrece suficiente visibilidad y seguridad jurídica como para dedicar esfuerzos a crecer en él. Realizamos un análisis previo de riesgos y consideramos la curva de aprendizaje como un coste de crecimiento de la empresa. Además aplicamos el modelo “glocal”, de visión global con cultura local, que nos permite evolucionar hasta convertirnos en una empresa local. En cualquier caso, ALSA aporta un valor de confianza en los mercados que aborda, porque llegamos para quedarnos y nos que- damos para crecer; es decir, ALSA desarrollo compromisos a largo plazo.

Asturias: A estas alturas, dudo que alguien pueda cuestionar que, desde hace décadas, el rigor de la Agencia Tributaria en Asturias, es distinto al de resto de España. Digámoslo de la forma más educada posible. Y que esa presión fiscal de la Administración está provocando un efecto de huida a otras ciudades (especialmente Madrid). ¿No crees que algo tan palmario y tan dañino para el Principado y para el tejido empresarial asturiano requiere de una movilización urgente y coordinada de todos?

(Silencio…)

¿Cual ha sido tu momento más gratificante como Vicepresidente de FADE (Federación Asturiana de Empresarios)?

Como miembro del consejo de FADE el mo- mento más gratificante está siempre por llegar. Hasta la fecha, recuerdo con especial satisfacción la asamblea del año 2.015, donde se aprobó el plan estratégico para los próximos años por lo que supone de participación de los empresarios y colaboradores representados por FADE y sobre todo por lo que supone de compromiso a futuro, marcando las líneas prioritarias y preparando el camino para saber decir que no a otras muchas opciones.

Cuando llevábamos 4 años de crisis, se escuchaba con frecuencia una reflexión: ¿Como va a España a reemplazar el considerable porcentaje del PIB que se ha evaporado tras la debacle de la construcción? ¿Crees que de manera espontánea, los jóvenes de 20 años, que están mostrando cierto desapego al trabajo por cuenta ajena, y una clara atracción por desarrollar sus propios proyectos, muchos de ellos tecnológicos, pueden llegar a sustituir ese porcentaje del PIB?

Es cierto que se están incorporando al mercado los “millennials” una generación nacida entre 1980 y 1995, que ya suponen 8 millones en España y que, en 10 años, supondrán el 75% de la fuerza de trabajo, según Deloitte. Pero es muy complicado a día de hoy predecir el porcentaje del PIB que puede significar, aunque estoy seguro que será muy significativo.

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