Málaga: Recorrido gastronómico en un fin de semana

No pretendíamos comer de fábula, pero ya que íbamos a hacer turismo urbano un “finde” queríamos disfrutar comiendo bien y, a poder ser, barato. Y lo logramos.

Jueves noche a domingo disfrutando la ciudad y sus museos con una breve escapada el sábado a Ronda para admirar el puente nuevo sobre la garganta del rio Guadalevin. Tuvimos mucha suerte porque por diversos motivos desfilaron varios Pasos de Semana Santa por la ciudad y tuvimos la oportunidad de vivir una mini-Semana-Santa.

El jueves como llegamos tarde nos fuimos de tapeo. «La farola de Orellana» (destacados garbanzos con callos), «Lo Gueno» (prueben el carlito), «El trillo», «Quitapenas» y muchos más que pueden elegir. Una pena que el «KGB« (que parece abre sucursal en Madrid) estuviera cerrado.

El viernes, tras visitar la colección del museo ruso, de camino de vuelta al centro habíamos reservado en «La Alacena de Francis»: una tasca soberbia. Sí, es una tasca en mitad de ningún sitio, con apenas tres mesas, especializada en comida rusa (vaya blinis y Golupzi!!) y marinados de pescado. Resulta además bastante económico para lo que comes (menos de 25 euros cabeza sin vino).

Por la noche fuimos al «Refectorium Catedral», uno de los nuevos clásicos de Malaga. Buen local al lado de la catedral, sitio para ver y ser visto y muy concurrido. Carta amplia con todo lo que uno puede esperar en Malaga y buena calidad en general con especial mención a la ensaladilla. Unos 30 o 35 euros persona, bebidas aparte.

El sábado hicimos una incursión en Ronda y fuimos a comer a «Tragatá». Hubo que ir pronto porque solo reservaban mesa hasta las 13:30 y después de esa hora es imposible acceder. ¡Qué maravilla de restaurante! Es la “marca b” del doble estrellado El Bardal pero su génesis fue anterior. Carta muy imaginativa, todo para picar y todo sensacional, destacando los platos de un bocado y la lubina frita. Bastante económico, nos costó unos 25 euros por comensal, sin bebidas.

Cenamos en «La Cosmopolita», una tasca ilustrada en la zona centro de Málaga, especialmente recomendable. La tasca la lidera Dani Carnero, cocinero bregado con Berasategui y Adriá. Ofrece una cocina de mercado con muy buena mano en los fogones y añadiendo buenas dosis de innovación. Todo excelente, pero a mí me encantó el tuétano con tartar de gamba y los salmonetes. Además, a menos de 35 euros por persona, vino aparte, también razonable.

Finalizamos el domingo comiendo en un chiringuito de “la malagueta” tras un largo paseo por la playa. Elegimos “El Cachalote”. Cumplió de sobra. Espetos de sardinas, gamba plancha, ensaladas, etc. Muy rico y salimos a 60 euros los cuatro.

Seguro que en Málaga se puede comer mejor, pero yo me fui muy satisfecho. Eso sí, recomiendo reservar en todos.