15.12.2019
Saddle es la antinomia de DSTAgE
El fenómeno Saddle es la antinomia de DSTAgE. Bien es cierto que quizás los comparemos porque hemos comido en ambos con 48 horas de diferencia. Pero dudo que hubiéramos llegado a distinta conclusión, si la distancia hubiera sido de años.
En una entrada muy reciente, comparábamos DSTAgE con Coque y Diverxo. Y DSTAgE salía muy bien parado. No puede ser de otra forma.
No vamos a caer en el maniqueísmo. Siendo tanto Saddle como DSTAgE dos fenómenos de la gastronomía madrileña en el 2020, cada uno está concebido para la clientela a la que va dirigido el dueño.
Ahí lo tienen, la gastronomía se gestiona como la política. La ideología de los políticos (hoy 2020), de todos ellos sin excepción, la configuran, con precisión quirúrgica, los estudios de opinión. Ni ética, ni valores ni principios, ni serenidad, ni lo primero es el país: Estudios de Opinión.
Pues en el caso de Saddle pasa algo similar.
Saddle tiene un gran chef que viene “aprendido” de una excelente escuela: Lakasa. Y hasta ahí llegan todas las concesiones a la gastronomía.
Saddle quiere ser “la referencia” del Madrid de los negocios. Representa el último lugar de Madrid donde ver y dejarse ver, donde conjugar el “fui a… y vi a …”.
Está ubicado en el célebre y desaparecido Restaurante Jockey, rodeado de decenas de coches con cristales tintados, escoltas y chóferes. En DSTAge, como decíamos, la entrada no está señalada, ni cartel, ni toldo … una puerta negra, nada más. Es imposible no recorrer la calle Regueros varias veces antes de localizar la entrada de DSTAgE.
El local de Saddle es excelente. Está decorado con una elegancia nada barroca, colores claros, telas, madera, mucha luminosidad indirecta, y dispone de una cubertería, vajilla y mantelería acorde al local. Saddle ofrece un gran número de reservados de distinto tamaño que responden a una demanda no cubierta en Madrid. Nada que ver con el ambiente canalla y rockero de DSTAgE.
Antes de criticar el servicio, lo mejor es dejarle rodar un poco más.
Si DSTAgE ofrece sofisticación gastronómica en pequeñas dosis, Saddle ofrece el pichón, el pato, el corzo, el lenguado, el salmonete …, a tarifa plana (45 euros por ración (no es exacto pero casi)).
¿Tiene Saddle alguna estrella Michelín? No, pero la/s conseguirá de inmediato.
¿Y se come bien? Por supuesto. ¿Y …? Nada. Ahí lo dejamos.